29.1.06

CONTESTANDO A DANIEL VICENTE

Ayer se publicaba un artículo en noticias.com de Daniel Vicente que titulaba Llaneros del copyleft, maquinistas de la moral.

Después de leerlo detenidamente, porque me interesan los argumentos de los defensores del copyright, me parece que nuestro discurso no llega lo suficientemente claro a ciertos sectores de la población.

Daniel afirma que se acercó al seminario Copyfight y que incluso tomó nota con respeto. Eso está muy bien. Pero parece que o no lograron los ponentes transmitirle la razón del copyleft de una manera clara y contundente o Daniel no logró percibirlo.

Cada persona es un mundo y cada copyleftero tiene una visión personal del mundo copyleft. Esto podría restar valor comunicativo al discurso general. No soy partidario, en absoluto, de utilizar las técnicas del sistema copyright que convoca previamente a la gente, antes de las reuniones, para adoctrinar y poder así presentar “un pensamiento único”. Esta técnica la han logrado trasladar a las asociaciones satétiles con epítetos tan llamativos como “Una sola voz” que nos retrotrae a un pasado lejano (aunque nostálgico para algunos por lo que se ve). Nosotros, creo modestamente, no deberíamos recorrer esa senda. Pero sí deberíamos ser capaces todos de expresar de forma clara la razón del copyleft.

Daniel Vicente no ha entendido, en absoluto, que antes que nada el copyleft es para nosotros una consecuencia de la obsolescencia del sistema copyright y el derecho de autor europeo. Afirmo esto basado en estas premisas.
  • Existe una imposibilidad física de hacer un seguimiento real de la suerte de la obra copyright. Resulta imposible saber, a ciencia cierta, que obra se está utilizando en cada preciso instante en cada local, en cada radio, en cada televisión, en cada teatro, en cada auditorio, en cada hotel, en cada autobús, en cada discoteca, en cada casa de cultura, en cada tienda, en cada lugar que se escucha o se interpreta música copyright. Y con la irrupción de Internet ya ni les cuento.
  • El sistema copyright parece ser que es capaz de recaudar, con cierta eficacia y extrema contundencia, el dinero que su credo les dicta; pero son incapaces de distribuirlo con mesura y tino (precisamente por lo expuesto en el párrafo anterior).
  • El afán recaudatorio les ha llevado, por ejemplo en España, a instaurar el canon por copia privada y es precisamente ese canon que ellos mismos han exigido el que permite a los usuarios hacer copias privadas. Eso sí, los asustan con terribles campañas massmedia pagadas con el dinero que descuentan a sus autores a tal fin, pero no pueden demandar a ningún joven por bajarse música de Internet (como parece que es lo que les gustaría a juzgar por sus anuncios).
  • El canon no solo les ha perjudicado para sus tramas, ha sido malo para los millones de usuarios que utilizan soportes para otras cosas que nada tienen que ver con la música y además ha posicionado a los creadores como si fuéramos unos peseteros que estamos dispuestos a sacar dinero de cualquier sitio.
  • El carácter monopolista del sistema copyright y la perpetuación in extremis de los cargos que la dirigen han convertido el modelo en un movimiento corrupto y degenerado que solo beneficia al clan y que persigue a los disidentes como siempre pasa con cualquier sistema que cumple estas singularidades.
  • El sistema copyright y el derecho de autor europeo beneficia y protege, sobre todo, a una cadena de valor que nada tiene que ver con el ejercicio creador llegando, en muchos casos, a perjudicar al propio autor hasta extremos inmorales e intolerables.
  • El encorsetar con el copyright los contenidos artísticos ha dificultado el acceso por parte del pueblo llano a la cultura, permitiendo simultáneamente el crecimiento de un circo infumable en el que ha primado la capacidad de “enganche del producto” dirigido a jóvenes fácilmente influenciables y su altísima rentabilidad en claro detrimento de la calidad.

Es precisamente por todo este ramillete de “virtudes”, y por unas cuantas más que he omitido por no extenderme, por lo que el propio sistema pide a gritos un cambio de paradigma.

Una cosa es que los que creemos en los beneficios del copyleft para la ciencia y la cultura no seamos abolicionistas (al menos yo no lo soy) y queramos que coexistan varios modelos y que cada cual elija el que mejor considere y otra muy distinta es que no tengamos claro el porqué aparece este modelo con el siglo XXI.

Sobre los beneficios del copyleft para los creadores y los usuarios no voy a decir nada más de momento ya que por un lado hay bastantes post en este blog al respecto y por otro lado estoy preparando un artículo bien extenso sobre los nuevos modelos.

Para acabar solo decir que parece que Daniel no sabe que hasta el adalid del copyright, la SGAE, se ha inclinado ante el copyleft.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Enrique, yo entiendo con esto:

"El afán recaudatorio les ha llevado, por ejemplo en España, a instaurar el canon por copia privada y es precisamente ese canon que ellos mismos han exigido el que permite a los usuarios hacer copias privadas."

... que dices: gracias a la imposición del canon existe el derecho a la copia privada.
No es así, el derecho a la copia privada nace antes de la imposición del susodicho canon.
Es justamente lo contrario: por existir un derecho a la copia privada, se aprovecha para meter un canon compensatorio (que no es realmente compensatorio, sino redundante).

Por lo demas, estoy de acuerdo con el tiron de orejas al Sr. Vicente por haber sido un "alumno" mal aplicado. ;-)

PPPerez

Enrique Mateu dijo...

PPPerez,

Yo no me refería al canon al CD, me refiería a su abuelete, el canon que pusieron en el pleistoceno al cassette. ¿Es anterior? si lo afirmas será porque te consta, yo creía que nacieron de la mano.

Un abrazo y gracias.

Anónimo dijo...

apartado 1 del artículo 25 de la LPI:

«La reproducción realizada exclusivamente para uso privado, conforme a lo autorizado en el apartado 2 del artículo 31 de esta Ley, mediante aparatos o instrumentos técnicos no tipográficos, de obras divulgadas en forma de libros o publicaciones que a estos efectos se asimilen reglamentariamente, así como de fonogramas, videogramas o de otros soportes sonoros, visuales o audiovisuales, originará una remuneración equitativa y única por cada una de las tres modalidades de reproducción mencionadas, en favor de las personas que se expresan en el párrafo b) del apartado 4 del presente artículo, dirigida a compensar los derechos de propiedad intelectual que se dejaran de percibir por razón de la expresada reproducción. Este derecho será irrenunciable para los autores y los artistas, intérpretes o ejecutantes».

Ahí deja bien claro que primero es la gallina y despues el huevo:
copia privada -> origina -> canon
(y no al reves) ;-)

Un abrazo, Enrique.

PPPerez

Anónimo dijo...

Hola, Enrique.

Gracias por la reseña y por el trato no sectario que haces de mi artículo. Con todo, no he visto que lo critiques textualmente, quizá porque consideras que mis razones contra el copyleft son muy peregrinas o que no tienen en cuenta los vicios del copyright. No es así. He profundizado hasta cuestionarme el estatus de la propiedad intelectual sin considerarla una falacia o una entelequia, que es la conclusión a la que tendéis muchos en vuestro bando. Es posible, entonces, que coincidamos en el diagnóstico de la enfermedad y que difiramos en lo tocante a su cura.

Por lo pronto, me ponen de mal humor argumentos de esta índole, según escribe Álex de la Nuez:

"Es decir, que el creador desaparece si no hay remuneración. Viendo el caso de Van Gogh, Rimbaud, Baudelaire, Bach, por el lado de los que crearon gratis y Bisbal, Andy & Lucas, Dan Brown y cia. por el otro, sobran los comentarios".

¿Y qué hay que decir entonces de literatos de la altura de Virgilio, inimaginables sin un Mecenas que financiara sus retiros creadores, o de filósofos como Spinoza, que al morir asesinado su protector Johan de Witt tuvo que dedicarse casi de forma exclusiva a pulir lentes, dejado inconcluso su Tratado político y muriendo prematuramente por la inhalación constante de polvo a que se veía sometido en su penosa tarea?

Un saludo.

Enrique Mateu dijo...

Me imagino que Irich es Daniel Vicente.

Mismo diagnóstico, diferente tratamiento. Me gusta tu forma de plantearlo. Pero no es eso lo que rezuma tu artículo.

Defiendo la libertad de elección del autor con su patrimonio. Pero el sistema que defiendes nos prohibe que ejerzamos libremente nuestro derecho.

No es justo. La diferencia entre unos y otros es notable.

Anónimo dijo...

No pierdas el tiempo

http://esuntroll.blogspot.com/2005/06/daniel-vicente-carrillo-irichc-viccahr.html

Anónimo dijo...

no os deis mal el daniel vicente este estuvo con una amiga mia y vaya tiparraco esta hecho,solo es amble con las niñas ke le aclaman se las lleva se las encandila y poco mas yo las pocas veces ke coincide con el... un creido y un despota y no tiene muchos motivos para ir de subido ke hay cantantes ke en menos tiempo son mil veces mejor , por no ablar de ke su musica deja mucho ke desear