29.8.11

MANIFIESTO DE AUTORES INDIGNADOS


MANIFIESTO DEL MOVIMIENTO AUTORES INDIGNADOS


Autores Indignados es un movimiento participativo que reúne a profesionales de la creación de las diferentes disciplinas artísticas, procedentes de todo el territorio nacional, y que exigen un funcionamiento democrático y honesto de las sociedades de gestión en general y en particular de la SGAE.

Esta plataforma, a través de grupos abiertos de trabajo en los que se han debatido y elaborado propuestas, presenta este manifiesto en el que se recogen nuestros fines, con la intención de mejorar nuestra situación como gremio y garantizar los derechos de los usuarios, nuestro público.

FINES DEL MOVIMIENTO AUTORES INDIGNADOS

1. Protección de los profesionales de la creación, sus obras y su derecho a vivir de su trabajo.

2. Refundación de la SGAE garantizando el derecho a la participación, transparencia, innovación y honestidad.

3. Cada persona asociada = 1 voto.

4. Salida de los editores.

5. Eliminar el voto delegado.

6. Actualizar el sistema de votación mediante el uso de las nuevas tecnologías.

7. Adoptar un modelo de Gestión Individualizada que permita elegir la licencia más apropiada para cada obra.

8. Crear un sistema de recaudación y reparto que respete el marco de protección que cada profesional de la creación haya elegido para su obra.

9. Garantizar un sistema de recaudación y reparto claro, honesto, selectivo, adecuado y en consonancia con los avances tecnológicos, que proteja al profesional de la creación y su trabajo.

10. Limitar la duración de los cargos a una legislatura.

11. Impedir la acumulación de poder.

12. Convertir la SGAE en una entidad profesional que proteja y defienda los intereses económicos, patrimoniales, sociales, culturales, educativos y profesionales del personal asociado, siempre de forma voluntaria.

13. Asignar fondos a fines solidarios: Montepío, promoción de emergentes, becas, premios, formación, reciclado, etc.

14. Establecer lazos de comunicación y entendimiento con los diferentes eslabones de la cadena formativa y productiva del sector cultural como elementos fundamentales para la adecuada proliferación y comercialización de las creaciones.

15. Exigir un régimen especial y armonizado en la Seguridad Social, Impuesto de Actividades Económicas (IAE), Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), Impuesto General Indirecto Canario (IGIC) e Impuesto sobre la Producción, los Servicios y la Importación (IPSI) según proceda.

16. Investigación interna de la SGAE dirigida por juristas independientes de reconocido prestigio. Revisión del entramado de la sociedad (SDAE, CIMA, TESEO, MONITOR, eLOS, MVCO, Fundación Autor, ARTeria, ARTENET, CATALIZA, ACADEMIA DE LA MÚSICA, SGS, ACAM, ROAIM, PNL, etc).

17. Personarse en la causa abierta por el juez Pablo Ruz. Ampliar o presentar nueva denuncia si procediera.

18. Denunciar a todos los responsables directos y sus colaboradores. Apartarlos de forma fulminante de sus cargos y responsabilidades. Exigir que devuelvan todo lo apropiado indebidamente con sus intereses correspondientes.

19. Anular contratos blindados de quienes sean declarados culpables en sentencia judicial.

20. No al secuestro del Dominio Público ni a la extensión artificial del derecho.

21. Mejorar la imagen pública de la SGAE.

16.8.11

LA INNOVACIÓN EN POLÍTICA CULTURAL CANARIA

La situación económica actual nos ha abocado a importantes recortes en la inversión que en el caso de la industria de la cultura se han visto especialmente agravados.

Consecuencia de estos profundos recortes, tal y como se advierte en el reciente estudio publicado por el Consejo Económico y Social de Canarias, ha sido la degradación del sector productivo de la cultura en las Islas que nos ha hecho pasar de líderes nacionales durante 10 años a estar en la cola en la actualidad. De ejemplo de crecimiento en Canarias a caída del empleo por encima de la media nacional. Un desastre en definitiva y no solo en términos económicos si no también en términos sociales ya que, como afirma el CES, "la cultura presenta una característica de bien público, o de externalidad en el consumo, de modo que su consumo privado beneficia a su vez al conjunto de la sociedad, con un importante papel en la calidad de vida, y produce sinergias en las actividades creativas y de la innovación”.

Precisamente por esta circunstancia son ya muchos los agentes que cuestionan si es el momento de invertir millones de euros en importar grandes fastos culturales en vez de hacerlo en la industria local. Nos planteamos si no es más productivo a nivel económico y social invertir en la extensa cadena de valor local que genera la industria de la cultura en el Archipiélago y que devuelve casi un 4% al PIB canario con una inversión que no llega ahora al 1%. Nos cuestionamos si no es el momento de consolidar una industria innovadora y motor de nuestra economía preparándola para la búsqueda de nuevos productos, nuevos modelos de negocio, nuevos nichos de mercado y dotándola de las herramientas necesarias para la exportación posterior de nuestros productos.

Así mismo el cambio de paradigma que ha supuesto Internet en la distribución de contenidos culturales ha propiciado una evolución profunda en los hábitos de consumo cultural de la población. Se abandona paulatinamente el modelo de negocio centrado en el soporte tangible, como está pasando muy especialmente con la música. Cada vez se venden menos discos, pero se comparten más archivos lo que produce un mayor consumo que se traduce a la vez en que la gente vaya a más conciertos (según demuestran las memorias de las sociedades de gestión). Así que paulatinamente se abandona un modelo de negocio en el que el disco era el centro, a otro en el que prima el contacto directo con los consumidores. Esta situación es especialmente evidente en Canarias en la que ya resulta prácticamente imposible la distribución de discos de artistas locales. Sencillamente la mercancía no rota y esto hace que los pocos puntos de venta que van quedando no quieran tener los CDs ni en depósito.

Sin negar la importancia indiscutible de que en Canarias se importen eventos que acerquen a la ciudadanía a las culturas foráneas y los eventos internacionales, debemos tener la certeza de que es muchísimo más importante el crecimiento de las industrias culturales locales, formar a nuestros creadores emergentes brindándoles oportunidades de desarrollar sus propuestas para así potenciar la exportación de servicios y productos culturales que compensen nuestra "balanza de pagos". Porque la riqueza de Canarias la debemos medir por lo que vendemos y no por lo que compramos.

Resulta escandaloso, frustrante para nuestros jóvenes creadores y artistas, como la administración en general invierte cientos de miles de euros en un único espectáculo cuando con esa misma cantidad se generarían miles de actividades diferenciadas que; dinamizarían cientos de espacios "muertos de contenidos"; que animaría a la inversión privada en sectores empresariales; que harían proliferar contratos a cientos de profesionales de la cadena de valor de la industria cultural canaria; que generarían impuestos; y que movilizarían a decenas de miles de canarios como usuarios, como público y como inversores pagando su entrada.

En estos momentos convulsos en los que la economía exige austeridad, inversión inteligente, innovación, rentabilidad, búsqueda de nuevos nichos de mercado y consolidación de las empresas se hace necesario afrontar una nueva política cultural por parte de la administración que abandone de forma decidida y clara viejos modelos en declive que no generan riqueza y que rompa con el desequilibrio sistemático y endémico entre la subvención a la importación de grandes eventos culturales y la inversión en industria cultural local que revierta en el PIB.

9.8.11

La situación de la cultura canaria en números y su futuro

Mientras que durante 10 años la cultura en Canarias ha sido motor estratégico de crecimiento y desarrollo, la crisis económica mundial ha significado, especialmente, un duro varapalo para este sector productivo del Archipiélago.

En estos últimos diez años, el crecimiento del número de empresas culturales en Canarias ha sido superior al conjunto de España, un 52% para las Islas mientras que para el conjunto de España tan solo de un 42%. El número de empresas culturales en Canarias pasó de 3.035 en el año 2000 a 4.616 en el año 2010. Y respecto al peso de las empresas culturales se observa cómo el sector cultural gana lentamente terreno, aumentando unas décimas su peso relativo con el resto de empresas. Si el sector cultural significaba en Canarias el 2,9% en 2000 (3,0% para la media española), en 2010 su participación fue del 3,4% (3,3% para la media española) según el informe 2010-2011 del Consejo Económico y Social (CES) de Canarias.

Pero el análisis de la evolución más reciente muestra cómo los efectos de la crisis se han reflejado en una reducción en el número de empresas culturales en 2010, lo que ha supuesto una disminución interanual del 3,6% para Canarias y en cambio del 2,4% para la media nacional.

Según el Anuario de Estadísticas Culturales del Ministerio de Cultura 2010, dos de cada cien trabajadores en las Islas tienen que ver con la actividad cultural. Hablamos de casi 16.000 puestos de trabajo, 4.500 menos que en 2008. Esto sitúa a Canarias en casi un punto porcentual por debajo de la media española, que es del 2,9% y superado por más de una decena de comunidades.

Quiere decir esto que la degradación del sector productivo de la cultura en Canarias nos ha hecho pasar de líderes nacionales a la cola. De ejemplo de crecimiento en Canarias a caída del empleo por encima de la media.

En opinión del CES, “el sector público tiene un importante papel que cumplir en el desarrollo y protección de las actividades culturales. Así, existen una gran cantidad de estudios del impacto económico de la cultura en el bienestar de las sociedades que demuestran que el valor económico de la cultura trasciende a la mera cuantificación de los impactos directos e indirectos acaecidos a través de la producción y venta de bienes y servicios culturales. En este sentido, la cultura presenta una característica de bien público, o de externalidad en el consumo, de modo que su consumo privado beneficia a su vez al conjunto de la sociedad, con un importante papel en la calidad de vida, y produce sinergias en las actividades creativas y de la innovación”.

Pero la realidad es que el sector público ha recortado drásticamente la inversión en cultura, de manera muy superior al rédito económico que les generaba (sin mencionar el bien público del que habla el CES), cuando precisamente era esta industria la que mayor crecimiento económico estaba generando a las Islas según los estudios ahora publicados. Pero encima se amenaza con mayores recortes. Y es cierto que en los medios se utiliza la demagogia al preguntar a la opinión pública si prefiere recortar en cultura o en bienestar social, salud o educación (¡ojo! que cultura es educación, no lo olvidemos). Ya podrían preguntar si prefieren recortar en cultura o en gasto militar, o en gasto de dietas, coches oficiales y asesores, o en trenes.

En el informe, el CES también menciona al Plan Canario de Cultura, un plan estratégico para el sector con vigencia hasta el 2020 del que dicen que es un punto de partida válido pero que “estos principios incurren en una cierta generalidad e imprecisión, por lo que debería intentarse su mejor estructuración”. “De lo contrario -apuntan desde el consejo-, la propuesta podría quedarse en una mera declaración de intenciones de difícil concreción”.

Yo no quiero que se recorte a ningún sector, pero como lógicamente hay que hacerlo dada la situación económica, que al menos el baremo que se aplique sea lógico y proporcional. Es el momento de apostar por sectores estratégicos como la cultura, que además de todo lo mencionado, debería convertirse en el dinamizador para otro importantísimo sector estratégico nuestro que es el turismo en Canarias profundizando y desarrollando para ello el Plan Canario de Cultura.

+ info en el Diario de Avisos

5.8.11

UNA GRABACIÓN ¿ES MÚSICA? Parte 2

Este texto es continuación de la entrada UNA GRABACIÓN¿ES MÚSICA?

El término legal para las grabaciones es "actuaciones fijadas" y así aparece en los contratos discográficos y bases de concursos y premios discográficos. Porque lo que hacemos al grabar es "fijar una actuación". Antiguamente fijábamos actuaciones y utilizábamos técnicas más o menos complejas con dos finalidades distintas; una para mejorar hasta el límite la perfección en la ejecución o interpretación de los diferentes pasajes (repetir y repetir hasta que salía exactamente como queríamos dejando esa y borrando todas las demás actuaciones); y la otra para conseguir sonoridades o interpretaciones imposibles de hacer en directo (doblar pistas de tal manera que un solo intérprete llegara a tocar variadas líneas o distintos instrumentos en la misma obra o manipulaciones del sonido mediante técnicas de laboratorio para crear texturas, timbres e interpretaciones "imposibles" de realizar en tiempo real). De esta forma se conseguía lo que Pierre Boulez llegó a denominar "objeto artístico". Era una obra de arte que solo se podía realizar en estudio.

Por otra parte el "fijar una actuación" requería de una tecnología muy cara, muy compleja y toda una serie de profesionales y empresas para este buen fin. Estudios de grabación, técnicos, discográficas, fábricas de soportes (vinilos, CDs, cassettes, DVD, etc), distribuidores, tiendas especializadas...

Pero hoy en día, cualquier diablura que se te ocurra en estudio se puede hacer en directo. Un solo intérprete puede tocar y controlar toda una orquesta él solo como el fantástico Pat Metheny y su orchestrion. Y cualquier proceso electrónico complejo ya se puede ejecutar en directo y valga como ejemplo el trabajo SPHERES del grupo #(928), del no menos maravilloso grupo (jejeje) que por cierto "fija sus actuaciones" en sentido estricto, grabando sus conciertos.



Y por otro lado para fijar una actuación ya no necesitas tanta infraestructura. Casi cualquier persona con un ordenador y un par de micrófonos puede realizarla en su casa sin mayor problema y subirla directamente a Jamendo, SoundCloud, MySpace, etc con coste cero.

A donde quiero yo llegar con todo esto es a insistir en que una fotografía de un paisaje no es el paisaje. Igual que una copia de una actuación no es la actuación. Tener una foto de un paisaje maravilloso es estupendo, sirve para disfrutar pero sobre todo sirve para hacerte una idea del sitio original, una publicidad, una promoción, un recuerdo. ¿Se puede hacer negocio con la foto? Poco negocio porque es muy fácil y barato hacer un clónico de la foto (copia digital del archivo). ¿Se puede hacer negocio con el paisaje original? Mucho más fácil porque puedes acotar el espacio dotándolo de infraestructuras (como hizo en Lanzarote el genial cesar Marrique con los CACT, Centros de Arte, Cultura y Turismo) siendo mucho más difícil hacer un clon porque cada paisaje es único e irrepetible y dotarlo de estas infraestructuras altamente costoso.

Entonces una grabación ¿es música?, Creo que no, al menos hoy en día y en sentido estricto. Las grabaciones son actuaciones fijadas. Es una simple foto, una copia, un recuerdo, una publicidad, una promoción del original; la actuación. ¿Y se puede hacer negocio ahora con ellas? Ya no parece razonable porque las grabaciones son fáciles de hacer, de clonar y muy baratas. Todo negocio tiene que tener en cuenta lo que en economía llaman "las barreras de entrada y las barreras de salida" y las barreras de entrada para un negocio hoy de fijación de actuaciones, copias y distribución son tan bajas que cualquier chico/chica menor de edad puede hacerlo en su casa (crea en el ordenador, copia archivos, crea un perfil en una red social y los sube como hace Bel Bee Bee con tan solo 15 años que hace música, arreglos, graba todos los instrumentos, canta, produce y hace el videoclip). Y puedes intentar subir artificialmente las barreras de entradas mediante medidas proteccionistas engatusando a la administración pública, pero cualquier economista te dirá que es más fácil que busques otro modelo de negocio con barreras más altas aplicando innovación a tu empresa o que te dediques a otra cosa directamente.

¿Y es esto una situación grave que acabará con la buena música? Es una situación grave para los intermediarios del negocio de las actuaciones fijadas que no sean capaces aplicar dicha innovación buscando nuevos modelos de negocio, pero no para los músicos y los usuarios. Analizando la evolución de los contenidos en los últimos cuarenta años de las tiendas de discos parece que el responsable de la falta de calidad en la música ha sido precisamente la industria discográfica en su ansia por ganar dinero y preocupándose más por la vertiente del ocio que por la de la cultura. Pan para hoy y hambre para mañana. Y el mañana ya ha llegado.

En mi opinión esta nueva situación lo que está produciendo es una proliferación de músicas en todo el mundo (buenas y malas) y un consumo de estas como nunca antes en toda la historia de la humanidad.