22.10.11

ANTE LOS RECORTES; MOVILIZACIÓN E INNOVACIÓN

El Gobierno de Canarias va a recortar en un 65% la inversión regional en cultura mientras que el presupuesto general sube un 1,1 %. Esta rebaja se viene a sumar al casi 40% que llevamos acumulado desde el inicio de la crisis.

En mi modesta opinión, una cosa es ser solidario y consciente de la crisis que estamos viviendo, que lo soy, y otra muy distinta ser “tonto del bote”. Una rebaja de la inversión de este calibre en un sector estratégico, que ha sido líder nacional de crecimiento económico durante los últimos 10 años según el Consejo Económico y Social y que nos obliga, por mandato legal, a pasar a ser el último de la cola; es un dislate a todas luces.

No quisiera verme en la piel de los responsables de cultura de las administraciones que se vean afectadas por esta medida (que me imagino que serán todos). Sobre todo de aquellos y aquellas que consideran a la cultura como motor social y económico de las Islas, ya que aquellos/as que la consideran algo que poder dejar al libre albedrío de la ley de la demanda y la oferta seguirán haciendo lo mismo; nada.

Ya lo explicaba hace unos meses en mis artículosLa situación de la cultura canaria en números y su futuro” y "La innovación en política cultural canaria". Ante esta situación solo caben dos acciones; la movilización del sector para denunciar lo que a todas luces es insolidario, injusto e insostenible y, por otro lado y simultáneamente, trabajar en la innovación y emprendeduría.

Se hace necesario, más que nunca, la unificación del sector ya que una de las razones por las que esta industria se ve especialmente maltratada es porque al estar disgregados no representamos un grupo de presión para la administración con capacidad para transmitir y explicar la situación real de los trabajadores y los empresarios.

Simultáneamente, debemos promover un nuevo modelo de negocio para el sector de las industrias culturales y del ocio que aúnen las sinergias y escasos recursos de las administraciones, las asociaciones y colectivos profesionales, al empresariado, los espacios, los medios de comunicación, los usuarios y en definitiva a toda la cadena de valor.

Una nueva política cultural que invierta más en estrategias que reviertan directamente en la industria local y el PIB canario. Un apoyo decidido a los emergentes de la cultura en Canarias, a los emprendedores locales, a la innovación del sector, a los nuevos modelos de negocio que busquen nuevos nichos de mercado como es el sector turismo o incidir de forma más eficiente en el consumidor isleño.

Pero todo esto sin olvidar la advertencia del CES; el sector público tiene un importante papel que cumplir en el desarrollo y protección de las actividades culturales. Así, existen una gran cantidad de estudios del impacto económico de la cultura en el bienestar de las sociedades que demuestran que el valor económico de la cultura trasciende a la mera cuantificación de los impactos directos e indirectos acaecidos a través de la producción y venta de bienes y servicios culturales. En este sentido, la cultura presenta una característica de bien público, o de externalidad en el consumo, de modo que su consumo privado beneficia a su vez al conjunto de la sociedad, con un importante papel en la calidad de vida, y produce sinergias en las actividades creativas y de la innovación.

No es el momento de lamer nuestras heridas, es el momento de aprovechar las oportunidades.